“El mundo no es mi hogar, soy peregrino aquí, en la ciudad de luz tendré tesoros mil..."
Estas líneas corresponden a un viejo canto que fue cantado por mucho tiempo en las diferentes congregaciones evangélicas, en el que la visión es a concentrarse en el mundo que vendrá, e inconscientemente ignorar la responsabilidad del presente.
Mucho se ha dicho y escrito en relación a la vida del creyente en este mundo, pero se ha fallado en crear una conciencia de responsabilidad hacia la Torah, en parte debido a la asimilación no solo de la filosofía sino del dualismo griego que es la base de esa filosofía; la forma en que el cristianismo históricamente ha interpretado y descrito el plan de redención. Sin embargo, he llegado a la conclusión de que ese enfoque no puede ser mi experiencia en lo absoluto. En consecuencia, confieso, que no me siento identificado con ese sistema de interpretación. Lo que me propongo explicar en este estudio.
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